"Mis ojos se llenan de lagrimas al ver a mi hijo por primera vez después de más de dos meses"
Lea la versión en sueco Aftonbladet aquí.
Mis ojos se llenan de lagrimas al ver a mi hijo por primera vez después de más de dos meses. Me duele el cerebro, me duelen los dedos, pero me duele más el corazón. Una tira de tristeza y estrés está atada alrededor de mi pecho y me hace respirar con dolor. En las horas agotadoras que acaban de pasar he pensado muchas veces que me quiero morir.
Necesito ayuda para hacer circular las noticias acerca de mi hijo. Este año, en el día de amor y amistad, se le llevaron a mi hijo Thor. Íbamos a mudarnos de regreso a Suecia. Cuando, mi esposo a quien le pedí legalmente el divorcio hace más de un año, tomó a Thor, quien tiene 15 meses, y desapareció sin dejar huellas. No supe nada de mi hijo por dos meses, a pesar de buscarlo desesperadamente.
El viernes pasado, el 17 de abril, recibí una llamada telefónica urgente. Después tuve que viajar a Guatemala muy secretamente. Thor y estaba con Andrew en Antigua, una hora al norte de la ciudad de Guatemala, en Guatemala. Nerviosa y cansada, arribé a la ciudad de Guatemala el domingo, el 18 de abril, por la mañana. Un agente del Ministerio de Relaciones Externos de los EE.UU. me recibió en el aeropuerto. Me llevó a un hotel, y me dijó que no le abra la puerta a nadie, y que no conteste el teléfono a menos que sea particularmente la persona que me recogió del aeropuerto. Espero por horas. El carro que me lleva a Antigua esta llena de “personal de seguridad,” me explican. Los hombres tienen armas y el hombre del Ministerio de Relaciones Externos de los EE.UU. también está armado. En el carro también está Bárbara Armstrong, vicecónsul de los EE.UU. en Guatemala.
Esperamos por horas en Antigua. Esta muy caliente y tengo que estar escondida en el auto. Me ponen al corriente acerca de Thor. “Ahora el esta comiendo su almuerzo con la señora que lo esta cuidando” o “Ahora NN esta fuera de la casa, pero Thor esta en el hogar con la niñera.” Estoy nerviosa. Estoy sudando y tengo hambre, pero no me atrevo salir del carro para pedir comida.
Cuando finalmente, una señora del tribunal me entrevista, en un edificio antiguo y desharrapado, veo a Thor a través de una ventana. Las lagrimas brotan de mis ojos. Estoy temblando y Barbara me abraza. Hay muchos agentes de policia, vigilantes y personas que no conosco se hacinan en la sala. Hay mucha confusión y discusión, puesto que tengo un pasaporte de Suecia. “Donde esta su pasaporte americano?” No tengo uno. “ Entonces la vicecónsul tiene que abandonar la sala inmediatamente.” Yo quiero que Bárbara se quede, pero el abogado de Andrew (me enteré más tarde) insiste en que yo continúe sola. No soy americana. Aún cuando Bárbara le dice a él que ya lo verificaron y que sí, en realidad, soy ciudadana americana, aún que no tenga el pasaporte americano.
Cuando echan afuera a Bárbara, me quedo sola con muchos guatemaltecos. No son amistosos. Oigo a Thor, y temblo y lloro otra vez. Entiendo mucho de lo que dicen pero cuando contesto en mi español imperfecto, ellos fingen no entenderme. Uno de los hombres armados repentinamente me grita “Deja de llorar!” Yo le miro en estado de choque. Me trago las lagrimas. El hombre pone la mano su rifle automático. “Nos perturba,” me dice él.
Me mandan al carro nuevamente. Bárbara me abraza. Yo lloro un poco más. Pronto, todo estará resuelto, me dice amablemente uno de los hombre del Ministerio de Relaciones Exteriores de los EE.UU. Me llaman nuevamente al cuarto hediondo y húmedo que ellos llaman el tribunal. “Si Thor reacciona positivamente hacia ti cuando te ve,” dice una de las personas del tribunal, “entonces, quizás podrás llevarlo contigo de regreso a casa.”
Cuando entré al cuarto para ver a mi hijo por primera vez después de más de dos meses, mis ojos se llenan de lagrimas otra vez. Pero de nuevo, el cuarto esta lleno de gente. “Amigos” de Andrew (gente a quien él le esta pagando seguramente) se encuentran parados y sentados en el cuarto. Ellos me miran y me señalan. Andrew esta sentado con Thor.
Cuando empiezo a hablar con Thor, se me hace un nudo en la garganta. Trato de canturrear y sentarme cerca. Thor me reconoce, el me mira fijamente con los ojos bien abiertos. Yo solo quiero tirarme sobre el y abrazar a mi niño, pero entiendo que él esta confundido.
Andrew se enoja y dice en voz alta, en español, que es obvio que Thor no me reconoce y me dice que deberiamos acabar con esta payasada ahora mismo. Yo lo ignoro, pero varios hombres en el cuarto estan de acuerdo con el. Empiezo a entrar en pánico. Después de unos minutos, alguien sugiere que pongan a Thor en el centro del cuarto y pedirle que escoja con quien quiere irse. “Perfecto,” dice Andrew y casi echa a Thor en frente de mi. Thor se asusta muchísimo y casi corre de regreso hacia Andrew. Me siento profanada desde el fondo de mi alma. No tengo la oportunidad de abrazar a Thor o de jugar con él.
Thor esta exhausto y se lame los labios, puedo ver que tiene sed. Pregunto si él ha comido o si le han dado algo de tomar durante las tantas horas que han estado sentados en este cuarto. No, pero a nadie le parece importante. Me pueden dar agua? Pregunto en ingles. Todos pretenden no entender. Trato de decirlo en español, “agua, por favor?” pero me encuentro con la misma reacción.
Bárbara se va para llamar a sus contactos y para preguntar que van a hacer conmigo y mi hijo. Empiezo a perder la esperanza. Trato de jugar y de hablar con Thor que ahora esta muy cansado. Los hombres empiezan a hablar y a fumar a nuestro alrededor. Andrew suelta a Thor un poquito. Finalmente logro abrazar a mi hijo. Inhalo el aroma de su pelo. Abrazo sus delgadas piernas y brazos. Se pusó tan delgado! Pero finalmente lo tengo en mis brazos. No quiero dejarlo ir nunca. Es como si Thor realmente me reconociera mejor y se inclina hacia mi para besarme. Finalmente me muerde delicadamente el labio inferior. Andrew toma a Thor y con fuerza lo aleja de mi lado. El dice algo en español, acerca de la impropiedad de esto. De nuevo, los hombres a nuestro alrededor están de acuerdo con él.
Esta horrible situación continua por una, quizás por dos horas. No nos dan tiempo para estar a solos, y no tenemos agua ni comida.
Los representantes del tribunal toman una decisión repentina. Yo no soy suficientemente buena. Thor será enviado a un orfanato.
Pierdo la compostura y corro hacia fuera. Grito de tristeza por toda la calle fuera del tribunal. La gente para y me mira. Yo lloro, toso, grito todas las malas palabras que me se en ingles: “Ustedes chingados idiotas, imbeciles, putos, asquerosos, campecinos ignorantes” continuo hasta que uno de los hombres del Ministerio de Relaciones Exteriores de los EE.UU. pone su mano sobre mi hombro, entonces caigo al suelo y todo se vuelve negro.
Se de otras cosas que pasaron después de eso. Abracé a Thor por un poco más, pero estoy horrorizada. Estoy tan triste que estoy aturdida. Thor se va a ir a un orfanato, en Guatemala. La ultima vez que veo a Thor rezo con él. Le pido a mi madre y a todos los difuntos que conozco que me ayuden y que protejan a Thor de lo que esta a punto de pasar. Le rezo a Dios y le digo que si él quiere a Thor, que por favor cuide a mi pequeño hijo que está a punto de ser separado de mi lado. Rezo por sobrevivir los días siguientes, para tener suficiente fuerza para seguir adelante, sola, acá en Guatemala.
Sé que oras mas tarde, me encontré tirada en el asfalto y gritando, en las afueras del orfanato donde van a poner a Thor. Le grito a Bárbara y a todos los “ hombres de seguridad” que tendrán que matarme antes de moverme de la entrada del orfanato donde tienen a mi hijo. No me voy a mover hasta que manden a la guardia armada para cuidar la entrada. Finalmente, dos tipos de seguridad del Ministerio de Relaciones Exteriores de los EE.UU. vienen a hacer precisamente eso.
Me levanto del suelo y me meto en el carro. Mi hotel esta a una cuadra del orfanato donde esta Thor, pero ahora no podré ver a mi hijo por unos días. Apenas empezó la audiencia en Guatemala.
Hoy he encontrado a un buen abogado, creo que llegará a Antigua para encontrarse con migo mañana, pero no he recibido ninguna confirmación de él. Necesito que ustedes den la voz. Necesito dinero para mi estancia en Guatemala. Necesito dinero para pagar al abogado. Necesito consejos y apoyo sobre que hacer para evitar que Andrew secuestre a Thor otra vez. Pero mas que nada, necesito que ustedes piensen en nosotros: necesito saber que no me han olvidado, que no han olvidado como me siento ahora. Yo pensé que el día que secuestraron a Thor era el peor día de mi vida. Estaba equivocada. Ahora estoy en el infierno, el secuestro fue solo el comienzo.
Mia, en la ciudad de Guatemala, Guatemala